4 FRASES 'TóXICAS' QUE NUNCA DEBES DECIR A TUS HIJOS A LA HORA DE COMER, SEGúN UNA NUTRICIONISTA
Desde la más tierna infancia, es importante conseguir que los niños tengan una buena relación con la comida. Para ello hay varias claves, como cocinar juntos para mostrarles sus procesos, no utilizar la comida como castigo o recompensa o construir rutinas positivas en torno a los alimentos, como hacer la compra juntos o aprender a comer por colores.
Al igual que es importante saber lo que sí debes hacer, también lo es saber lo que no: aquellos hábitos que pueden desencadenar trastornos de la conducta alimentaria o desequilibrios futuros y perpetuar una mala relación con los alimentos.
En este sentido, Jennifer Anderson es una experta con mucho que decir. La dietista y fundadora de Kids Eat in Color —un recurso que ayuda a las familias a alimentar a sus hijos desde el primer bocado de comida sólida hasta la escuela primaria— comparte información muy valiosa para que las familias puedan crear un entorno acogedor y agradable para una alimentación positiva en los niños.
Tras pasar años observando el comportamiento alimentario de los niños, he descubierto que ciertas frases les hacen perder el control. Para ayudar a tu hijo a desarrollar una relación sana con la comida, evita estas cuatro frases tóxicas:
1. "Puedes comerte el postre después de comerte el brócoli"
No debes sobornar a un niño con golosinas o dulces para que se coma verduras, pescado o algún otro alimento que de primeras no resulte de su agrado. Según Anderson, con ello lo estás obligando a darle al brócoli o cualquier otro alimento connotaciones negativas.
Enfrentar a alimentos entre sí, como si de una competición se tratase, no ayuda a que los niños puedan tener una perspectiva equilibrada de la comida. En vez de este tipo de frases, es mejor darles la posibilidad de elegir. Una opción sería: "Puedes comerte el brócoli cuando estés listo".
Una alternativa es convertir la hora de la comida en un momento divertido y en el que puedan interactuar con los alimentos a través de los 5 sentidos. Una idea sería simular que el brócoli se trata de un micrófono y utilizarlo previamente para cantar.
2. "Si te callas, te doy una galleta".
Al igual que los dulces no deben emplearse como soborno, tampoco es bueno utilizarlos como recompensa.
De lo contrario, Jennifer Anderson asociará los dulces con sentirse bien y los deseará por encima de otros alimentos saludables, además de que a lo largo de su vida recurrirá siempre a ellos para sentirse mejor.
Utiliza otros estímulos positivos como recompensa que no se basen en alimentos. "Podemos jugar a tu juego favorito esta noche si estás tranquilo".
3. "Tienes que probar un bocado más antes de poder decir 'no'".
Esto se traduce básicamente como: "No puedes decir 'no', independientemente de cómo te sientas".
Obligar a tu hijo a comer es una pauta muy negativa, ya que le impide detectar adecuadamente las señales de su cuerpo y reaccionar ante los estímulos de hambre y saciedad. Y a medida que crecen, pueden tener dificultades para decir "no" a cosas con las que se sienten incómodos.
La dietista recomienda enseñarles a decir "no, gracias" cuando no desean comer algo porque no tienen hambre. Rechazar la comida educadamente es mucho más positivo que la obligatoriedad de darle al organismo un alimento que no desea.
4. "Me haría feliz que comieras 3 o 4 bocados más".
Es normal que te preocupes porque tus hijos obtengan todos los nutrientes necesarios, pero mediante el chantaje emocional no conseguirás que tengan una buena relación con la comida. En su lugar, puedes explicarles las vitaminas, minerales o macronutrientes de cada alimento, así como los efectos positivos que tiene cada uno en su salud.
Por ejemplo, explícales que la zanahoria o el boniato cuidan de su vista gracias a la elevada concentración en betacaroteno, o que el pescado azul y el aceite de oliva virgen extra les aportan una alta dosis de ácidos grasos omega-3, imprescindibles para cuidar de su corazón y de su cerebro.
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