HáBITOS DIARIOS QUE AUMENTAN EL CORTISOL E INCREMENTAN EL RIESGO DE SUFRIR ANSIEDAD Y DEPRESIóN

El cortisol es una hormona esencial en tu organismo: te ayuda a regular el sueño, el metabolismo, la función inmunitaria o la inflamación. Secretada por las glándulas suprarrenales situadas encima de los riñones, el cortisol, está presente en casi todos los tejidos del cuerpo, y al liberarse, ayuda al cuerpo a obtener la energía necesaria para hacer frente al estrés y volver a la homeostasis.

Las consecuencias de unos niveles de cortisol altos y dilatados en el tiempo —causadas por determinadas enfermedades o estrés crónico— son la hipertensión arterial, el nivel alto de azúcar en sangre, los bajones de energía, el acné, la cara enrojecida, la cicatrización más lenta de heridas, el entumecimiento, las ansias de azúcar y sal —y alimentos altos en grasas y calorías— o la debilidad muscular y ósea.

También eleva el riesgo de trastornos de salud mental como la ansiedad y la depresión, causa problemas para dormir, molestias digestivas y disminución del deseo sexual.  Pueden aparecer problemas hormonales y se produce un desbalance entre antioxidante y radicales libres que acelera el envejecimiento. 

Hábitos que elevan tu cortisol

Elimina estos hábitos que elevan tu cortisol o pueden causarte picos de esta hormona.

  • Dieta poco saludable
  • Consumo de grasas trans, ultraprocesados y productos ricos en azúcares
  • No comer lo suficiente
  • Sedentarismo o falta de actividad física
  • Exceso de ejercicio o entrenamiento muy intenso
  • Consumo de alcohol
  • Fumar
  • Dormir menos de siete horas diarias
  • Sobrepeso u obesidad
  • Saltarse comidas
  • Tomar cafeína en ayunas
  • Deshidratación: no beber la suficiente agua
  • Tener ciertas deficiencias nutricionales
  • Estrés físico o psicológico elevado, que estimula las glándulas suprarrenales
  • Descanso de mala calidad

Determinados problemas de salud, como el síndrome de Cushing —habitualmente causado por un tumor ubicado en la glándula pituitaria, las glándulas suprarrenales o, raramente, en otras partes del cuerpo—, trastornos autoinmunes o infecciones crónicas pueden incrementar también los niveles de cortisol. 

Por ejemplo, existen personas cuyo sistema inmunitario ataca sus glándulas suprarrenales, por lo que estas no producen suficiente cortisol y pueden desarrollar insuficiencia suprarrenal crónica, también conocida como enfermedad de Addison. Sus síntomas son pérdida de apetito, gran fatiga, mareos u oscurecimiento de la piel. 

Existen varias formas de reducir el cortisol: algunas de las mejores son practicar técnicas de relajación, tener una dieta variada, completa y saludable, hacer ejercicio al aire libre, practicar aficiones como la horticultura, dormir lo suficiente y cuidar de un animal de compañía. No olvides meditar, llevar un diario personal y pasar tiempo con tus seres queridos. 

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