EL GRAVE RIESGO PARA LA SALUD DE LAS COCINAS TíPICAS DE ESPAñA: «ES COMO SER FUMADOR PASIVO»

Cada vez más estudios advierten de que la contaminación del aire exterior (la provocada por los gases de escape de los coches, entre otros factores) tiene un gran impacto en la salud de la población. Pero el aire que reside en el interior de nuestras casas también puede estar contaminado e, incluso, aumentar el riesgo de enfermedades respiratorias. Una de las principales causas son las cocinas de gas, cuyo número es más elevado en España que en otros países de nuestro entorno.

Un dato a tener en cuenta si consultamos la evidencia científica publicada en los últimos 40 años, que alerta de los riesgos para la salud de las cocinas de gas natural o butano. Varios estudios han revelado que la combustión del gas libera al ambiente grandes cantidades de partículas nocivas para el ser humano, especialmente para aquellos con patologías respiratorias previas. De hecho, las cocinas de gas causan síntomas de asma a más de 700.000 niños de la Unión Europea al año, según un informe elaborado por el grupo de estudios sobre eficiencia energética CLASP. En España, el 85% de los hogares con cocina de gas superan el límite de presencia de dióxido de nitrógeno.

El último de esos análisis revela una cifra clara: 1 de cada 8 casos de asma infantil se relaciona con la exposición a cocinas de gas en casa. «Hay estudios que indican que es como ser fumador pasivo», señala uno de sus autores principales, el consultor científico Talor Gruenwald.

Aunque cada vez hay más presión para eliminar el gas en el interior de las viviendas, más de 100 millones de ciudadanos de la UE cocinan con gas, incluyendo un tercio de los hogares españoles. Esto se debe a que las intervenciones recomendadas (como sustituir una cocina de gas por una eléctrica) pueden no ser posibles para quienes viven de alquiler o para quienes no pueden pagarlas. Esto es importante porque, como demuestran nuestras investigaciones, el asma infantil es más frecuente en zonas socioeconómicamente desfavorecidas.

A continuación te explicamos cómo puede afectar el gas a tu asma el de tus hijos/as, y qué puedes hacer para mejorar la calidad del aire de tu casa, tanto si tienes una cocina de gas como si no.

¿Qué es el asma?

El asma es la enfermedad crónica más frecuente entre la población infantil de nuestro país. Una exposición temprana a la contaminación favorece el desarrollo del asma, que ya afecta a 400.000 niños y niñas españolas menores de 14 años. En total, en España hay casi 3 millones de personas afectadas por el asma. Puede desarrollarse en la edad adulta o en la etapa infantil. Existen factores ambientales y genéticos, por lo que cuantos más padres y madres desarrollen la enfermedad, más niños y niñas genéticamente predispuestas habrá.

En el caso concreto de los menores, los casos de asma infantil han aumentado en los últimos años ante una mayor incidencia de virus y otros factores desencadenantes. Puede deberse a cambios ambientales y climáticos, y a la contaminación. En el hogar, las causas pueden ser el tabaquismo, la exposición a alérgenos como mascotas o ácaros y las cocinas de gas. Asimismo, en los niños mayores la vida sedentaria, la dieta inadecuada o la disminución de la actividad física influyen en el desarrollo de asma.

Pero, ¿qué es el asma? El asma es una patología crónica sin cura, que estrecha las vías respiratorias y obstruye el paso del aire lo que dificulta la respiración. Muchas personas controlan la enfermedad con inhaladores, pero puede ser grave e incluso mortal. Debemos tener en cuenta que estar expuesto a pequeñas partículas suspendidas en el aire aumenta el riesgo de padecer asma y puede agravar los síntomas si ya se padece.

Las estufas de gas y cocinas de gas emiten dióxido de nitrógeno

Las estufas de gas y cocinas de gas que se encuentran habitualmente en los hogares españoles liberan sustancias químicas tóxicas al aire. Entre ellas están el monóxido de carbono (CO), las PM2,5 (pequeñas partículas, a menudo procedentes del humo), el benceno, el formaldehído y el dióxido de nitrógeno (NO2). Todos son nocivos, pero el NO2 en particular está asociado al desarrollo y empeoramiento del asma.

Como el dióxido de nitrógeno es un gas insípido e invisible, es difícil saber cuánto hay en el aire de casa. Sin embargo, un estudio estadounidense demostró que las casas con estufas de gas pueden tener niveles de dióxido de nitrógeno tres veces superiores a los de las casas con estufas eléctricas. Esto es especialmente preocupante en los hogares con niños.

Soluciones para evitar la contaminación en casa

Utilizar una campana extractora de alto rendimiento colocada sobre una cocina de gas existente puede ser eficaz, ya que se calcula que son capaces de atrapar más del 75% de los contaminantes del aire y dirigirlos al exterior. Cocinar en el quemador más alejado (el de atrás en lugar de los dos de delante) también puede mejorar la eficacia de los extractores. Pero las campanas con caudales más bajos o las que no expulsan el aire al exterior, son menos eficaces. De todos modos, si tenemos una es vital que la utilicemos.

Otra forma gratuita de ventilar el hogar es mantener las ventanas abiertas durante y después de cocinar para aumentar el flujo de aire. Está demostrado que esto puede mejorar la calidad general del aire en casa. Sin embargo, esto no siempre es posible, especialmente durante los meses más fríos del año. El problema es que el invierno coincide con el uso de calefactores de gas. Aunque los hay domésticos, también es habitual encontrarlos en las terrazas de la hostelería.

Al igual que cuando se cocina con gas, las estufas de gas sin llama liberan contaminantes. Por eso, los que tienen conducto de humo o chimenea son mejores para la calidad del aire. Además, no debemos utilizarlos por la noche, y menos en la habitación donde duermen usted o sus hijos. El asma no se puede curar, pero sus síntomas se pueden controlar si limitamos los desencadenantes, cosa que puede ser más fácil de hacer dentro que fuera de casa.

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