BAJAN UN 60% LAS MUERTES POR SIDA, MALARIA Y TUBERCULOSIS PERO SUBEN UN 44% POR ICTUS

La buena noticia es que, en los últimos 22 años, la tasa de mortalidad del sida, la tuberculosis y la malaria se ha reducido un 61%. Por lo tanto, los nuevos tratamientos contra estas tres graves enfermedades (unido a la bajada del precio de los medicamentos) han logrado salvar la vida a 65 millones desde el año 2002. Estos son los datos positivos del nuevo informe del Fondo Mundial que se creó para luchar contra estas tres dolencias.

En cambio, los casos de ictus cerebrales y el número de muertes han aumentado un 44%, porque, cada año, 12 millones de personas los sufren y mueren 7 millones en todo el mundo. Y dos son los problemas medioambientales que están ahora disparando los accidentes cerebrovasculares: las olas de calor y el aumento en los niveles de contaminación del aire, según denuncia un nuevo informe internacional que publica la revista médica The Lancet.

Reducción de las muertes

En el año 2023, una reducción en los precios de medicamentos y productos esenciales para luchar contra el sida, la tuberculosis y la malaria permitió a los países aumentar la cobertura a las personas afectadas. Por ejemplo, ese fue el caso de tres medicamentos básicos: el TLD para el VIH (un tratamiento de primera línea que cuyo precio descendió un 25%), del 3HP (un tratamiento preventivo de la tuberculosis cuyo preció bajó un 30%) o de los nuevos mosquiteros con insecticidas más efectivos contra la malaria.

Además, según el nuevo informe de este Fondo Mundial, el uso de inteligencia artificial y equipos más innovadores han mejorado la detección y el tratamiento de enfermedades como la tuberculosis y la malaria, aumentando su eficacia y cobertura. Sin embargo, la tuberculosis farmacorresistente, una de las principales causas de mortalidad relacionada con la resistencia a los antibióticos, es una amenaza creciente.

Aumentan los ictus

Mientras tanto, la contaminación del aire, las altas temperaturas y los factores de riesgo metabólicos están impulsan ahora el aumento global de accidentes cerebrovasculares. En concreto, entre 1990 y 2021, el número de personas que sufrieron un nuevo accidente cerebrovascular se disparó un 70% más y las que murieron a causa de un accidente cerebrovascular subieron un 44% más.

Los accidentes cerebrovasculares son altamente prevenibles, porque el 84 % de ellos se atribuye a 23 factores de riesgo modificables, entre ellos la contaminación del aire, el exceso de peso corporal, la presión arterial alta, el tabaquismo y la inactividad física, lo que representa un desafío para la salud pública y una oportunidad para la acción.

En particular, la contribución de las altas temperaturas a la mala salud y la muerte prematura debido a accidentes cerebrovasculares ha aumentado un 72% desde 1990, una tendencia que probablemente aumentará en el futuro, lo que subraya el impacto de los factores ambientales en la creciente carga de accidentes cerebrovasculares.

Riesgo evitable

A nivel mundial, el número de personas que sufrieron un nuevo ictus aumentó a 11,9 millones en 2021 (un 70% más desde 1990), y las muertes relacionadas con ictus aumentaron a 7,3 millones (un 44% más). Esta incidencia convierte ya al ictus en la tercera causa de muerte en todo el mundo, después de la cardiopatía isquémica y la COVID-19).

El autor principal de este informe es Valery L Feigin, de la Universidad Tecnológica de Auckland (Nueva Zelanda), y afirma que “el crecimiento mundial de la cantidad de personas que desarrollan un accidente cerebrovascular y mueren o quedan discapacitadas por un accidente cerebrovascular está creciendo rápidamente, lo que sugiere firmemente que las estrategias de prevención del accidente cerebrovascular que se utilizan actualmente no son lo suficientemente eficaces”.

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