ASí RECOMIENDA LA CIENCIA TOMAR EL CACAO PARA FRENAR EL ENVEJECIMIENTO

El consumo de cacao posee el aval de la ciencia por sus múltiples beneficios, algo que cada vez se aprovecha más en España. A las tabletas de sucedáneo de chocolate, con manteca y otras mezclas que nada tienen que ver con las propiedades saludables del cacao, le han sustituido los chocolates más puros, con grandes cantidades de cacao en su composición.

Y es que lo realmente saludable según numerosos estudios científicos es el cacao en sí, ese fruto del árbol del cacao que forma parte del chocolate como ingrediente principal. El cacao es un alimento cada vez más utilizado, rico en flavonoides (catequinas), y sobre todo muy valioso por sus propiedades antioxidantes.

En términos generales, el consumo habitual de cacao está relacionado con la mejora del ánimo, una disminución del riesgo de padecer diabetes, la bajada del colesterol, la prevención de la anemia, una reducción de la inflamación, la ralentización del deterioro auditivo asociado a la edad, un aliado en el control del peso y un arma para regular las cifras de tensión arterial. Dicho esto, ¿cuál es la mejor manera de incorporarlo a nuestra dieta?

El envejecimiento de la población, un proceso que se acelera

Con el ritmo de vida actual, el estrés como forma permanente de estilo de vida, una alimentación desequilibrada y poco variada, el consumo de ultraprocesados cargados de calorías vacías y ningún interés nutricional, y el desencadenamiento del proceso inflamatorio en nuestro organismo, el envejecimiento de nuestras células tiene el campo abonado para ir más deprisa de lo previsible, lo que consideran los científicos como 'normal'.

Según revelan datos recientes de la Organización Mundial de la Salud, en el año 2050 la población mayor de 65 años ocupará un tercio del total. Esto significa que las enfermedades propias de la edad avanzada serán cada vez más prevalentes, en muchos casos aceleradas por el estilo de vida cada vez menos saludable.

La ciencia trabaja hoy en día con un objetivo común en todo el mundo: ralentizar ese proceso degenerativo 'acelerado' por las circunstancias, aprovechando en muchos casos las propiedades que la naturaleza nos ofrece. Una de ellas es, sin duda, el cacao.

Propiedades incontestables del cacao, según la ciencia

En la composición del cacao destacan, además de su fibra, minerales y vitaminas A, B y E, sus flavonoides y su capacidad antioxidante, aliado imprescindible para combatir el envejecimiento y neutralizar la acción de los radicales libres responsables de la oxidación celular y el debut de enfermedades crónicas.

En los últimos años han visto la luz numerosas investigaciones que demuestran que el cacao podría ser un agente quimiopreventivo natural frente a gran parte de las enfermedades derivadas del envejecimiento, gracias fundamentalmente a su contenido en polifenoles.

El cacao es un alimento complejo que incluye más de 300 componentes diferentes, y los hallazgos científicos tienden a confirmar cada vez más la designación histórica de este producto como 'alimento de los dioses'.

La relación entre el cacao y la protección frente a ciertas enfermedades

Los estudios científicos llevados a cabo con el cacao hasta el momento, que son muchos y diversos, asocian directamente la ingesta de cacao con una disminución del riesgo a padecer determinadas patologías crónica como cáncer, enfermedades cardiovasculares y trastornos metabólicos como la diabetes.

Los efectos protectores cardiovasculares de los flavonoides del cacao se han investigado ampliamente durante las últimas décadas en muchos ensayos de intervención epidemiológica y nutricional. En conjunto, estos estudios indican que una ingesta adecuada de cacao reduce la incidencia de enfermedades cardiovasculares y de varios de sus factores de riesgo. Los estudios epidemiológicos más recientes muestran que el consumo de cacao redujo los riesgos relativos de enfermedades coronarias y accidentes cerebrovasculares.

Además, se ha demostrado una relación entre el consumo de chocolate negro/cacao y un índice de masa corporal (IMC) más bajo, que se ha relacionado con un aumento de la saciedad y una disminución del hambre.

Por lo que respecta a la función visual, una dieta rica en cacao (que en España ya tiene un consumo per cápita de 3,3 kilos) la preserva de ciertos procesos degenerativos. Y es que la ciencia concluye que los antioxidantes de este alimento tienen un efecto positivo en los vasos sanguíneos, mejorando el flujo y la disponibilidad del oxígeno que llega hasta los ojos.

¿Cuál es la mejor manera de incorporar el cacao a la dieta?

Por todos los beneficios anteriormente descritos, los científicos recomiendan incorporar a nuestra dieta habitual el consumo de cacao, o bien mediante dos cucharadas de cacao puro en polvo mezclado con un poco de agua y caliente, o en formato onzas de chocolate, en el equivalente a tres o 40 gramos al día.

En este contesto, por supuesto, debemos desdeñar el consumo de chocolate con leche o esas opciones en las que lo que se utiliza es la manteca de cacao con edulcorantes y aditivos nada recomendables. El cacao tiene un sabor amargo en sí mismo, y una buena prueba de que el chocolate que ingerimos contiene en su mayor parte la semilla del cacao es precisamente ese sabor.

Referencias

Jiyoung Kim, Jaekyoon Kim, Jaesung Shim, Chang Yong Lee, Ki Won Lee, Hyong Joo Lee. Cocoa Phytochemicals: Recent Advances in Molecular Mechanisms on Health. Critical Reviews in Food Science and Nutrition. Consultado online en https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/10408398.2011.641041 el 14 de agosto de 2024.

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